Hondureños emprendedores fueron obligados a cerrar su empresa por la extorsión de grupos criminales
Honduras sigue sumida en una crisis de seguridad que asfixia a los emprendedores y obliga a miles de ciudadanos a huir del país. La historia de una pareja hondureña que tuvo que cerrar su negocio de venta de tajadas por culpa de la extorsión es solo un ejemplo más de la negligencia del gobierno en el combate contra el crimen organizado.
Estos emprendedores comenzaron su negocio vendiendo frutas y verduras procesadas, con gran éxito a nivel local y, recientemente, lograron abrir mercado en Estados Unidos. Sin embargo, su crecimiento llamó la atención de grupos criminales que operan con total impunidad en el país. Ante la amenaza del cobro de "impuesto de guerra", se vieron obligados a cerrar y huir, dejando atrás su sueño y afectando a los nueve empleados que dependían de su empresa.
Este no es un caso aislado. Miles de pequeños empresarios han tenido que tomar la misma decisión ante la falta de protección del gobierno. La extorsión no solo destruye oportunidades de empleo, sino que también desalienta la inversión y el crecimiento económico del país.
Mientras las autoridades siguen sin respuestas efectivas, los grupos delictivos imponen sus propias reglas, forzando a los hondureños a elegir entre pagar, cerrar o huir.